03 enero 2009

Oscar Niemeyer. Sinuoso y sensual.

"No es la línea recta la que me atrae, dura, inflexible, creada por el hombre. La que me atrae es la curva libre y sensual. La curva que encuentro en las montañas de mi país, en la sinuosidad de sus ríos, en las nubes del cielo y en las olas del mar. De curvas está hecho el universo, el universo curvo de Einstein".


En una entrevista concedida a el diario El País Oscar Niemeyer (Río de Janeiro, 1907) habla, habla y habla...de la injusticia social "promovida por el imperialismo americano" y de "ese hijo de puta de Bush, una mala persona"; de la "paradoja" que supone para un izquierdista acérrimo como él contribuir a una de las bellas artes, la arquitectura, "que es sobre todo para los ricos, porque la paga el capitalismo, mientras que los pobres no participan de ella en nada porque se mueren de hambre; sólo ven desde sus favelas cómo construimos los grandes edificios... Una pena".


Habla de las cosas de la vida, de política y de injusticias pero también de los placeres de la vida, habla de Lula da Silva y del triunfo de Obama, del que dice "que es algo histórico, porque antes, no hace tanto, los negros ni siquiera podían subirse a un autobús".

Y nosotros disfrutamos, disfrutamos y disfrutamos de los edificios de Niemeyer.




¿Su último proyecto?: el Centro Niemeyer de Avilés, un homenaje al Principado de Asturias como agradecimiento al premio Príncipe de Asturias que se le concedió en 1989.

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